RUIDOS EN LAS COCINAS

Hacía tiempo no iba de visita a mi blog, hoy me he metido por las redes y aquí estoy. En estos momentos están parados la mayoría de los ruidos, sobre todo los personales, quedan las máquinas imparables en su labor diaria de mantenimiento de producto. Sería interminable hacer una lista de ruiditos habituales en la cocina, no la cocina de casa que también, en la cocina que habitualmente habitamos los cocineros profesionales, sobre todo en las cocinas que ya tienen unos años de antigüedad.
En las cocinas que he habitado últimamente, sean la habitual o no, desde que llegas hasta que te vas son miles los grillos que sientes en tu cabeza. Soy de llegar a la cocina a primera hora, así que con lo primero que te encuentras es con los ruidos de los motores de las neveras y congeladores, ruido ya familiar de tal manera, que ni te molesta a lo largo de la jornada de trabajo, que os diré, no es lo mismo el año de instalación que a los 10 años, los motores se quejan por la edad.
Otro de los primeros que empieza a sonar, es el ringggg, del teléfono fijo, parece que te han visto llegar para poner a prueba. Pero antes, un ruido casi imperceptible es el del gas del piloto de la cocina, que siempre tiene un acorde que es el del clip de mechero. Casi lo percibes mejor por su color azul que por el sonido. Empieza la jornada, llega el más infernal de todos los ruidos, más estrepitoso, el del extractor, que en cuanto pones el gas en marcha, paralelamente va unido el funcionamiento del dichoso extractor, que a veces, parece que en la cocina está aterrizando el helicóptero del presidente.
Avanzando la mañana, los ruidos van cambiando, el ir y venir de la chaira por el filo, afilando cuchillos para el trabajo cotidiano, el trajín de cazuelas o bandejas, los grifos de agua, con esa melodía tan relajante, el deslizar del papel de cocina de sus dispensadores habituales, el corte del albal tiene un ruidito más delicado. Las ollas exprés, sobre todo en el momento que empiezan a zumbar y nos dan información de cuánto tiempo debemos tener los alimentos en su interior. Cosa que también nos avisa el timbrazo del microondas, electrodoméstico ya habitual en todas las cocinas.
Dos más, de lo más rompedor, el triturar de la termomix y su cante al finalizar la sesión y la cansina giratoria de la kitchen, que tanto trabajo me ha quitado, son continuos. Un ruido que no prestamos atención es de la mosquitera “fríe insectos” cuando entra una mosca o un insecto un poco grande, el churruscado que le hace, a veces te distrae de tus tareas. Las turbinas de los hornos de convención, no pueden quedar en el olvido, ya que son muchas las horas en las que están a máximo rendimiento. En una época que trabajé en el hotel Colegiata siendo propietario Ángel Lavín, padre, por las mañanas madrugábamos para tener apunto la boda del día y muchas noches trasnochábamos y algún día se nos coló en la cocina algún cliente que estaba hasta el gorro de nuestro ruido a golpe machete, en el tajo, para corta y dejar preparado el pertinente lechazo, y con tanto trajín o le habíamos despertado o no le dejábamos dormir. En el mesón El Cosechero de Torrelavega, cuando inicié mis pasos profesionales, había dos ruidos constantes, uno el de la paleta de hierro para cargar el carbón, cada vez que la llenabas para atizar la cocina y otro el batir con tenedor en un cazo rojo los huevos de las tortillas, era tan habitual, que los cazos nos duraban 2 meses, del raspado te los acababas cargando. No solo ruidos de mi cocina, algunas en las que circunstancialmente e coincidido como cliente de su bar o cafetería. En el café de Oriente de mi admirado el cura D. Luis Lezama de Madrid donde oficia nuestro chef cántabro Roberto Hierro, me han llamado la atención sus ruidos llegados desde la cocina de su batidora, haciéndome partícipe de sus elaboraciones en cocina, eso sí, poniendo yo un poco de imaginación. Y sin contar los gritos para marcha y pasa, que en algunos establecimientos está instaurado a golpe de palmadas.
Y no quisiera dejar de llamar la atención con nuevos ruidos en las cocinas y fuera de ellas, los del móvil, que son varios, el de la chapita del Guas, el del msn de turno, la variedad de tonos de llamadas, el del facebook, el de Twiter y así un sinfín de ruidos, sonidos, que lo único que acabarán haciendo, es desquiciarnos a todos.

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