LA MUERTE ES UNA MIERDA

Hoy no iba a cocinar, no puedo, estoy muerto. Pero os dejo algo sencillo por si acaso y os voy a escribir también mi sentimiento, para que me conozcáis un poco más si cabe. El puto cáncer me ha podido, me ha matado desde que ¡me! fue diagnosticada la enfermedad todo me ha cambiado, la vida, es decir todo. El trabajo, los amigos, la familia, los findes, las vacas, la plaza del pueblo, los ríos, las montañas… Mi paisaje ha sido durante los últimos años, la sala o salas de hospitales, el salón de casa y, ¡mi! mis gentes cercanas, algunos amigos, que dilema, a los amigos por ser amigos les da palo verme, saludarme, hablarme. Entre ellos dicen, murmuran ¡como se ha quedado! Que pena, les doy. Y, yo que lo que necesito es que me hablen, cada vez se distancian mas, estoy muerto en vida. Veo sufrir a los míos y no puedo hacer más que esperar, que sea lo que Dios quiera. Dios, ¿Quién es? ¿Qué quiere de nosotros?, a que espera para hacer bien, el, que según nos han enseñado, todo lo puede, frenar este dolor, esta tortura, no será que no puede tanto y tiene que ser aprobado por el Vaticano, que yo me muera y descansen los míos y yo. Que cansado estoy, no se lo que me pasa, a que estoy esperando, será a ese milagro, que me haga un tipo nuevo o el de subir flotando y ver todo desde otra dimensión, tengo ganas de morir y disfrutar de ese lugar privilegiado, que creo será un sitio de excepción, para desde allí observar a los míos que me recuerdan, los que están por no se que. Al fin estoy muerto y veo que puedo describir mis últimas 24 horas: La enfermedad me ha podido, caí sin poder ni siquiera aguantarme de ese golpe terrible que es la muerte, no envidio a quienes me han tenido que atender, lo he ido observando desde la otra dimensión, en la que todo es tranquilidad, totalmente distinta al ambiente que ha quedado en casa, estoy seguro que este desenlace se estaba esperando, pero nadie lo esperaba. Es difícil el paso entre la vida y la muerte, el que alguien esté y deje de estar, (todo te preocupa y ya nada de qué preocuparte) algo totalmente distinto al nacimiento; recuerdo el día del nacimiento de mi hija, llegó al mundo, yo estaba con las manos vacías y de repente me fui con ellas llenas de vida y felicidad. Siempre he pensado, ¿Cómo me vestirán el día de mi muerte?, he hecho quinielas y no he acertado. Me pasaba una cosa de vivo, viendo a un muerto pensaba: abrirá los ojos, me gusta mirar a los ojos de los muertos, quizá con la esperanza de que los abran. Estoy un poco justo en el ataúd, pero que mas da, no me voy a mover, eso si, no estoy incomodo, como estaré en el apartamento, si el apartamento, de vivos vacilamos llamando apartamento al nicho, le quiero soleado, que no tenga humedad, seguro que será oscuro y a mi que mas me da. De camino a la iglesia, para que mis gentes me despidan, empiezo a ver caras conocidas, poco saben ellos que les estoy observando, oyendo sus comentarios nerviosos, por mí premeditada muerte; -no estéis tristes, les grito- no lloréis, pero nadie me hace caso y todo sigue al ritmo frenético de los vivos, tanta prisa para no ir a ningún sitio. Solo para ver llegar el ataúd, despedida en la iglesia y al cementerio o al crematorio, en el último caso para que tus cenizas sean esparcidas por donde tu hayas dicho, o como se lleva ahora hagan de ti un colgante y te paseen los vivos como se de un fetiche se tratara. Fíjate que te lleva la “contraria” y un día de lujuria y desenfreno sexual, esta follando y tú colgado en el cuello, de fetiche viéndolo todo y sintiendo las embestidas de tu competidor, joder. Pobres muertos, por que no se nos dejara tranquilos y con nuestra felicidad o tranquilidad, que incomprendidos somos. Terminada la ceremonia se acerca el momento final, me van a lapidar, unas gotas de agua bendita y adentro, mas lágrimas, vuelvo a gritar, no lloréis, estoy feliz por haberos dejado felices aunque os cueste creerlo, debéis de ir mas allá de la vida y llegar a la muerte, entonces me entenderéis. Se van todos, me he quedado solo, les veo alejarse, volverán por los santos, otra vez tristes, creo que como cocinero debería haberme metido al horno, es decir haber sido incinerado y para seguir jodiendo de muerto haber pedido que esparciesen mis cenizas a sabe Dios donde, que tiviesen que subir a lo más alto de picos, al Urriellu, lejos, aunque conociendo a los míos, les hubiera gustado. Me gustaría que todas las muertes fuesen como en la película: GOSTH, para poder estar a la vera de los míos y… bueno me voy a dejar de chorradas que esta es la puta realidad. Como dice un libro de los últimos que ley en vida: LA MUERTE ES UN MIERDA Y, un último recuerdo de la vida, paseaba un lema en mi jargoneta: Soy Cocinero por la gracia de Dios. Que me contara ahora, Dios. IN MEMORIAN: a Enrique, Pepelolo, Riqui, Juan, Nando, Begoña, Manu…. LOMO A LA PIMIENTA VERDE INGREDIENTES: (para 4 personas)  800g Lomo.  ½ dl Nata.  Pimienta verde  1 Tomate maduro concasse.  1 Rama de tomillo.  ½ dl Vino tinto.  ½ dl Demi glace.  ¼ dl Brandi.  Sal, Kepchup, Perrins, mostaza. ELABORACIÓN: En una sartén ponemos un poco de aceite y freímos la carne, una vez hecha la flameamos. En el mismo recipiente habiendo retirado la carne añadimos un poco de pimienta verde una de cada con su jugo, el vino tinto, el tomate concasse, un poco de azúcar y lo flameamos. Incorporamos el tomillo y dejamos cocer lentamente hasta que nos quede un puré concentrado, trituramos y pasamos por el chino, añadimos unos granos de pimienta verde, la nata, la demi glace, mostaza, perrins y sal. Naparemos los filetes y acompañaremos con guarnición al gusto.
Desde mi rincón favorito en vida, Rozalén el Gastronómada

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